jueves, 20 de junio de 2019

Disquisiciones derivativas, todo por culpa de un palito.





Hay un momento en el día en que la saturación lleva a vaciar la mente y es en esos momentos en que los temas más banales afloran desde el subconsciente. Hoy sin saber porqué he pensado en el palillero y su contenido, aclaro palillero también se llama al mango en que se inserta un plumín para que mojado en tinta escriba (por si el lector tiene menos de cuarenta años). El contenido del palillero son los conocidos “palillos” o “mondadientes” en su termino más exacto; ese palito de madera, afilado en ambos extremos, antecesor del hilo dental en labores de higiene bucal y del cigarrito de plástico pero sin mentol en el caso de exfumadores.
Es usual verlo en boca de algunos especímenes humanos, que lo pasean con arte pero poco garbo, de lado a lado de la boca con la ayuda de la lengua, como si fueran meretrices en plena faena, pero con un palo más gordo.
Pues bien, ese palito demuestra que la península ibérica era un punto de I+D de la antigüedad; los restos de mandíbulas encontrados en Atapuerca demuestran que nuestros antepasados ya se andaban hurgando los intersticios dentales con palitos, tras zamparse lo que pillaban, incluso algún que otro enemigo vencido si parecía bien cebado y tierno. Recuerdo ahora las palabras de un político, de cuyo nombre prefiero olvidarme, que aseveró que esos antiguos ya practicaban el aborto pero de manera un tanto especial, tal y como el “no deseado” asomaba la cabeza ¡Zasca! Se la cortaban. Seamos serios, si le cortas la cabeza al bicho ¿por dónde agarras para sacar el resto? Y lo más importante ¿Dónde pones la manzana antes de meterlo en el horno? Cierto es que quizá lo probaron, eso explicaría el invento de meterle al pollo que va a asarse un limón por vía anal. Toma invención del cochinillo asado y del pollo al horno.
También encontraron en esa cueva, o fosa, conchas (a ver esos argentinos, un poco de seriedad) de caracol, plato que comían de forma asidua tras hervirlos con alguna hierba aromática y luego dicen los franceses que los “escargots” son un plato autóctono ¡la historia los desmiente!
Siguiendo con el tema del I+D me viene a la mente el “garum” , un invento gaditano por la que los romanos eran capaces de matarse entre si por un “quita tu que voy a mojar yo”; agárrense cuatro pescaditos frescos, metanse en un cacharro de barro, añádanse unos yerbajos que huelan bien, entiérrese el asunto en zona playera caliente y déjese unas semanitas…hale ya tenemos el “garum” para venderle a los “gourmets” del imperio romano. Luego vienen los japos y dicen que esa “salsa” la inventaron ellos ¡Ja!
Otro ejemplo, el ejercito mejor equipado de la historia antigua fueron las cohortes de legionarios, pero mira tú que los “gladium” solo tenían filo por un lado, llegaron a Hispania y se encontraron con que los iberos le habían sacado filo a los dos lados, así podían repartir más leña siendo menos. Trajano lo incorporó al armamento de sus legiones, el muy pillo sabía que no existía la oficina de patentes hispánica. ¡Viejo zorro!
Pero volvamos al “palito”, ese cachito de madera en manos de un hispano ha dado más de si que el invento de la rueda, ejemplos:
La parienta se queja de andar fregando de rodillas, bayeta en mano. Pues nada, se le pone un palo a la bayeta y hale, cariño, sigue. Ya tenemos el invento de la fregona, me refiero al artículo, no a la sufrida mujer.
¡Paco estoy harta de que el niño se llene de pringue comiendo caramelos! Pues nada, Paco coge el ladrillo de caramelo de Calatayud, lo corta en trozos, le pincha un palo y toma nene, un chupa-chups. El nene ya no se pringa tanto, y si lo hace tienes excusa endiñarle una bronca, pero además el caramelo dura más y gastas menos.
Bueno, por hoy ya basta, otro día hablamos de política o de la Iglesia.
Disquisiciones derivativas.

Hay un momento en el día en que la saturación lleva a vaciar la mente y es en esos momentos en que los temas más banales afloran desde el subconsciente. Hoy sin saber porqué he pensado en el palillero y su contenido, aclaro palillero también se llama al mango en que se inserta un plumín para que mojado en tinta escriba (por si el lector tiene menos de cuarenta años). El contenido del palillero son los conocidos “palillos” o “mondadientes” en su termino más exacto; ese palito de madera, afilado en ambos extremos, antecesor del hilo dental en labores de higiene bucal y del cigarrito de plástico pero sin mentol en el caso de exfumadores.
Es usual verlo en boca de algunos especímenes humanos, que lo pasean con arte pero poco garbo, de lado a lado de la boca con la ayuda de la lengua, como si fueran meretrices en plena faena, pero con un palo más gordo.
Pues bien, ese palito demuestra que la península ibérica era un punto de I+D de la antigüedad; los restos de mandíbulas encontrados en Atapuerca demuestran que nuestros antepasados ya se andaban hurgando los intersticios dentales con palitos, tras zamparse lo que pillaban, incluso algún que otro enemigo vencido si parecía bien cebado y tierno. Recuerdo ahora las palabras de un político, de cuyo nombre prefiero olvidarme, que aseveró que esos antiguos ya practicaban el aborto pero de manera un tanto especial, tal y como el “no deseado” asomaba la cabeza ¡Zasca! Se la cortaban. Seamos serios, si le cortas la cabeza al bicho ¿por dónde agarras para sacar el resto? Y lo más importante ¿Dónde pones la manzana antes de meterlo en el horno? Cierto es que quizá lo probaron, eso explicaría el invento de meterle al pollo que va a asarse un limón por vía anal. Toma invención del cochinillo asado y del pollo al horno.
También encontraron en esa cueva, o fosa, conchas (a ver esos argentinos, un poco de seriedad) de caracol, plato que comían de forma asidua tras hervirlos con alguna hierba aromática y luego dicen los franceses que los “escargots” son un plato autóctono ¡la historia los desmiente!
Siguiendo con el tema del I+D me viene a la mente el “garum” , un invento gaditano por la que los romanos eran capaces de matarse entre si por un “quita tu que voy a mojar yo”; agárrense cuatro pescaditos frescos, metanse en un cacharro de barro, añádanse unos yerbajos que huelan bien, entiérrese el asunto en zona playera caliente y déjese unas semanitas…hale ya tenemos el “garum” para venderle a los “gourmets” del imperio romano. Luego vienen los japos y dicen que esa “salsa” la inventaron ellos ¡Ja!
Otro ejemplo, el ejercito mejor equipado de la historia antigua fueron las cohortes de legionarios, pero mira tú que los “gladium” solo tenían filo por un lado, llegaron a Hispania y se encontraron con que los iberos le habían sacado filo a los dos lados, así podían repartir más leña siendo menos. Trajano lo incorporó al armamento de sus legiones, el muy pillo sabía que no existía la oficina de patentes hispánica. ¡Viejo zorro!
Pero volvamos al “palito”, ese cachito de madera en manos de un hispano ha dado más de si que el invento de la rueda, ejemplos:
La parienta se queja de andar fregando de rodillas, bayeta en mano. Pues nada, se le pone un palo a la bayeta y hale, cariño, sigue. Ya tenemos el invento de la fregona, me refiero al artículo, no a la sufrida mujer.
¡Paco estoy harta de que el niño se llene de pringue comiendo caramelos! Pues nada, Paco coge el ladrillo de caramelo de Calatayud, lo corta en trozos, le pincha un palo y toma nene, un chupa-chups. El nene ya no se pringa tanto, y si lo hace tienes excusa endiñarle una bronca, pero además el caramelo dura más y gastas menos.
Bueno, por hoy ya basta, otro día hablamos de política o de la Iglesia.

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