miércoles, 1 de noviembre de 2017

¿Dónde quedó la infancia?

Hoy por hoy sólo se ve la infancia en las entrada y salidas de los colegios, rara vez jugando en las plazas de algún pueblo o de alguna barriada afortunada y te preguntas ¿dónde quedó la infancia? Esa que vestía pantalón corto hasta el día de la primera Comunión, que jugaba en la calle al escondite, al guá, al "churro, media manga..." , a "tocar y parar", a la comba, al "piso", o que pateaba un balón y la espinilla del vecinito, el cambiar cromos; los locos por el fútbol (en aquella época balonpie) los de los jugadores de los equipos nacionales, los más intelectuales los de "Vida y Color" ...aquel esqueleto al que siempre le faltaba la pelvis porque nunca "salía", o el cromo del insecto raro.
       No existían las "actividades extraescolares" existían las "permanencias" , el tiempo que te guardaban en el "cole" hasta que tus padres te recogían y que aprovechabas para hacer los deberes, que no eran pocos...memorizar los ríos de España; las regiones, provincias, comarcas y ciudades más importantes; las sumas interminables, la prueba del nueve en las divisiones.
       La infancia se pasaba en la calle, con los hijos de los vecinos, con las rodillas rojas de tintura de yodo y alguna vez los codos; jugabamos con las orugas de procesionaria, perseguíamos lagartijas, haciendo el agujero en la tierra del parterre paralelo a la acera para jugar al "guá" o las canicas, una mano escarbando la tierra la otra sujetando la merienda. Escuchabamos los cuentos en la radio y veíamos en compañía de otros a "los chiripitiflauticos".
       Yo aún recuerdo los nombres de mis amigos de infancia, "Toniet" flacucho y esmirriado pero listo como el solo, "Agustí" su primo , "Pedro" el hijo de la peluquera que llegó a profesor de la academia en que todos estudiabamos, "Juan Carlos" que terminó en un reformatorio.
      ¿Qué recordaran los críos de hoy, la marca del televisor, la mochila de Dora, la versión de video-consola, el último juego o el modelo del primer móvil con la manzana mordida que les compraron?
      El tráfico urbano, los padres sin tiempo libre, el urbanismo interesado, la inseguridad, el exceso de celo han convertido la infancia en la fruta que ya no madura en el árbol sino en la cámara de conservación, la han enclaustrado entre paredes y le han dado una realidad virtual que vivir.
     La sociedad ha avanzado, sí, pero habría que preguntarse si lo ha hecho siempre para mejorar, mirar atrás y conservar lo bueno del pasado, aquel pasado en que la calle eran de la infancia, los bancos al sol de los ancianos y los abuelos paseaban a los nietos en vez de al perrito de la nuera.
    Hoy he visto por enésima vez al mismo abuelo, chino, inseparable de su nietecito, los padres regentan una tienda y el cuida a la criatura; en sus ojos se leía orgullo y amor, su sonrisa delataba felicidad; la cara del niño entrega y devoción, juega con él a todas horas, escucha sus historias y sus cuentos, pasean inseparables. Cuando llora no le da el móvil para que se distraiga o para que lo deje en paz, sus juguetes son los más simples que se puedan encontrar y el niño deja de llorar, sonríe y siguen su camino.
    Hemos avanzado socialmente pero hemos olvidado la infancia y lo importante que es para el futuro de la sociedad, hemos perdido la niñez por olvido y eso nos puede salir muy caro. 

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